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En el marco de proyecto internacional

Estudio U. de Chile reveló desigualdades en la atención de salud mental durante la pandemia

Estudio reveló desigualdades en atención de salud mental en pandemia
Salud mental
Los resultados de la investigación fueron presentados en el seminario “Análisis de los efectos negativos de la pandemia en los Servicios de Salud Mental en Chile”.
Salud mental
La imagen muestra un gráfico que expresa la disminución de la atención pública en salud mental pública. Respecto a abril de 2019, la Atención Primaria de Salud (APS) disminuyó en un 88%, un 66% en las unidades secundarias y un 71% en las unidades terciarias.
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Entre sus conclusiones, el estudio plantea que los participantes describieron que hubo una continuidad en la atención farmacológica, pero una reducción en la atención psicosocial.

El proyecto internacional Mental health care: Adverse Sequelae of Covid-19 (MASC), permitió realizar un análisis de los efectos negativos de la pandemia en los servicios de salud mental en nuestro país. La iniciativa fue desarrollada con la ayuda de investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y liderado por el doctor Alvarado Muñoz, profesor asociado del Programa de Salud Mental de nuestro plantel.

A nivel internacional, los investigadores principales fueron Graham Thornicroft, profesor de psiquiatría comunitaria del King’s College London; Charlotte Hanlon, epidemióloga que ha trabajado por más de 10 años en la Universidad Addis Ababa y co directora del centro de Salud Mental Global de Psiquiatría; además de un equipo conformado por investigadores de varios países, entre ellos de Chile. El equipo nacional fue liderado por el Dr. Rubén Alvarado, académico de la Escuela de Salud Pública, y dirigido por Olga Toro, jefa del Programa de Salud Mental de la misma institución.

El proyecto trabajó con datos que van desde el 2019 al 2021. Para lograr el objetivo, el estudio contempló su aplicación en múltiples países, como Inglaterra, donde nace el proyecto, Chile, Etiopía, Georgia, Estados Unidos, Países Bajos, Nigeria, Sudáfrica, Sri Lanka y Ucrania. La investigación estuvo dirigida principalmente a personas con condiciones psicológicas previas al comienzo de la pandemia, trabajadores de primeria línea, que se vieron directamente afectados por las condiciones sanitarias existentes, y áreas organizacionales de la salud, tanto relacionadas al COVID-19 como a programas de salud mental.

Los resultados de esta labor fueron presentados en el seminario “Análisis de los efectos negativos de la pandemia en los Servicios de Salud Mental en Chile”, ocasión donde el doctor Graham Thornicroft abordó la idea de estigma como un problema de conocimiento, actitud y comportamiento sobre las personas con condiciones mentales. En el seminario, mostró el trabajo desempeñado en la Comisión para Terminar el Estigma y Discriminación en Salud Mental liderado junto a Charlene Sunkel, del Global Mental Health. “Los efectos del estigma son negar o reducir el derecho al acceso a los derechos humanos básicos”, comentó Thornicroft.

Durante su exposición, presentó además un resumen de 216 revisiones sistemáticas de intervención en cuanto al estigma, con la cual concluye que el contacto social es clave para la reducción de este. En el marco de este estudio, instalaron diez programas a gran escala en la misma cantidad de países, tanto a nivel regional como nacional. En el reporte, además, plantearon ocho recomendaciones para la Organización Mundial de la Salud, gobiernos, empleadores, sectores de atención social, medios de comunicación y experiencia de personas con problemas de salud mental (para mayor información respecto al estudio escribir a graham.thornicroft@kcl.ac.uk)

La realidad del MASC en Chile

Según detalló el investigador principal en Chile, el Dr. Rubén Alvarado, “la importancia del estudio es que se buscó evaluar el impacto, particularmente los efectos negativos que tuvo la pandemia en los servicios de salud mental, desde la atención primaria hasta la hospitalización. En este sentido, nuestro proyecto tuvo tres grandes etapas: la primera de conformación del equipo, el área administrativa, la adaptación del proyecto original creado en Inglaterra, y otros dos componentes, cuantitativos y cualitativos, que serán presentados por el equipo investigador”.

En el seminario, Gonzalo Soto, integrante del equipo investigador, quien es psicólogo, académico de la Escuela de Salud Pública y actualmente secretario ministerial de la Región Metropolitana, estuvo acompañado por Camila Solís, psicóloga, trabajadora del Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM) de Valparaíso, estudiante del Master de King’s College e integrante del programa de Salud Mental.

En su exposición, los investigadores explicaron que el estudio en Chile se realizó a través de un componente cuantitativo y cualitativo. El primero, proveniente de las bases de datos del Departamento de Estadísticas e Información (DEIS) del Ministerio de Salud. Gonzalo Soto fue el encargado de relevar el elemento cuantitativo del análisis descriptivo de datos de productividad de las instalaciones de salud mental públicas entre 2019 y 2021 en Chile, con data grupal. Estudió, además, los distintos niveles de atención de salud mental, la atención primaria, secundaria y terciaria.

La imagen muestra un gráfico que expresa la disminución de la atención pública en salud mental pública. Respecto a abril de 2019, la Atención Primaria de Salud (APS) disminuyó en un 88%, un 66% en las unidades secundarias y un 71% en las unidades terciarias.  Así, a abril de 2021, la APS se recuperó un 57% en la primaria, mientras que en la secundaria y terciaria lo hizo un 52% y 58%, respectivamente, recuperación que aún se encuentra en desarrollo.

Por otra parte, Camila Solís abordó el componente cuantitativo de la investigación, donde a través de grupos focales de expertos se estudió la disponibilidad de tratamientos de salud mental, las acciones de promoción y prevención e impacto en la calidad, entre otros factores. “La pandemia no afecta a todos por igual. Los participantes plantean que hay un impacto mayor en personas que eran previo a la pandemia vulnerables, esto son los grupos migrantes, población indígena y personas en situación de calle”, comentó Solís. La psicóloga remarcó, además, que la atención primaria es la principal afectada por la disponibilidad debido a la falta de personal, en donde se reorganizó el trabajo frente a la pandemia, implementando la atención remota.

Las conclusiones que sugiere Camila Solís señalan que los participantes describieron que hubo una continuidad en la atención farmacológica, pero una reducción en la atención psicosocial. Por otro lado, describió que la atención secundaria no se vio tan afectada en disponibilidad, pero sí una disminución en su calidad. Sin embargo, la terciaria “sí se vio afectada en accesibilidad, debido a que las instalaciones, en ocasiones, se convirtieron en centros COVID. Durante este período, no se describen bajas en presupuesto, pero este déficit presupuestario es una condición previa adversa”, concluyó la psicóloga.

Para finalizar, Olga Toro, jefa del programa de Salud Mental de la Universidad de Chile, destacó los resultados de la investigación, los cuales mostraron que los descensos en la atención de salud son significantes pero esperables. Planteó, asimismo, que existió una inequidad en el acceso remoto y se vio un aumento de licencias médicas psiquiátricas. “Los efectos son diferenciados. Las secuelas negativas de la pandemia no fueron para todos igual, por esto se requieren respuestas focalizadas”. Propuso, además, pensar contra la discriminación y el estigma, en donde las personas migrantes, indígenas y en situación de calle se vieron más afectadas, además de las personas con condiciones mentales previas a este periodo.

En este sentido, la investigación promovió recomendaciones de cuáles son las estrategias que se deben continuar realizando en el futuro para la mejora de la atención de salud mental pública; como la continuación y mejora de las medidas planteadas durante la pandemia. Entre ellos, se destacan cómo garantizar la disponibilidad de medicamentos para no interrumpir los tratamientos farmacológicos, entregar seguimiento telefónico por trabajadores comunitarios, la implementación de la atención remota, y la habilitación de residencias sanitarias con apoyo para personas con problemas de salud mental.

El seminario completo se encuentra disponible en la página web de la Escuela de Salud Pública y en su respectivo canal de YouTube.